PARADIGMAS EN LA METODOLOGÍA INVESTIGADORA.

11.10.2013 12:34

 

La criminología posee una serie de métodos de investigación afines al resto de las ciencias sociales. Existen dos paradigmas de los que parten los diversos métodos, dos paradigmas que no son sino dos formas de entender la investigación social en general y criminológica en particular, dos grandes guías que dotan al investigador de teorías, métodos y criterios específicos y a su vez definen y acotan  la validez de dichos métodos.

 

Estas dos concepciones generales sobre la realidad social que enmarcan la metodología investigadora son;

-El paradigma empírico, que aglutina el positivismo y sus posteriores revisiones.

-Y el paradigma humanista, representado por el interpretativismo.    

 

El Positivismo se define por estudiar la realidad social usando el marco conceptual, las técnicas de observación y medición, los instrumentos de análisis matemáticos y los procedimientos de inferencia de la ciencias naturales.

En el marco conceptual se entienden las categorías de ley natural, de causalidad y efecto, de comprobación empírica, de explicación, etc.

A la hora de observar y medir se recurre al empleo de variables cuantitativas incluso en el abordaje de fenómenos de origen cualitativo como las capacidades mentales, los estados psíquicos o la medición de la inteligencia o aptitud mediante tests.

El procedimiento de deducción permite formular hipótesis a partir de fenómenos conocidos con una clara pretensión previsora, pasando de la observación particular a la ley general. Partiendo por ejemplo de un tipo de delito concreto (homicidio, hurto, violación, etc.) se formula una hipótesis genérica en base a los datos obtenidos en la investigación (criminales, victimas, motivaciones, contextos sociales…) de ese modo se logran hipótesis y teorías criminológicas de largo alcance.

 

 

A lo largo del siglo XX el positivismo evoluciona hacia formulaciones más complejas y articuladas no exentas de puntos oscuros. De la fragua de ideas del conocido como Circulo de Viena brota una de las primeras revisiones del positivismo en el siglo XIX, el positivismo lógico, que a su vez da origen al neopositivismo.

La frase que mejor sintetiza el neopositivismo es que “el significado de una proposición es el método de su verificación” es decir que el sentido de una afirmación deriva de su verificabilidad empírica. El lenguaje de las variables extraído de las matemáticas y la estadística se convierte en protagonista dando como resultado una despersonalización del análisis social y la imposibilidad de medir variables netamente cualitativas dada su abstracción.

 

Para el postpositivismo el registro de la realidad depende de la mente del investigador, de condicionamientos sociales y culturales lo cual es en parte un acercamiento al paradigma interpretativisma y sus técnicas cualitativas pero sin dejar de lado la esencia empirista del positivismo clásico manteniendo la centralidad del método científico en la investigación y la analogía entre el método de las ciencias sociales y el de las ciencias naturales.

La crítica al positivismo nos dice que se reducen los límites de la exploración teórica y que se desplaza la atención del contenido al método con una clara predisposición a dar más importancia a la comprobación empírica obviando los interrogantes cualitativos que no sean empíricamente comprobables de forma inmediata.

 

 

El Interpretativismo propone un modelo radicalmente opuesto al positivismo y afirma que la realidad no basta con ser meramente observada y cuantificada sino que se debe interpretar.

La finalidad de la investigación es la interpretación racional de las motivaciones de la acción, se busca la identificación del investigador con su objeto de estudio para alcanzar una comprensión cognoscente. Se trata de interpretar, de entender el objetivo de la acción, captar las dimensiones del propósito y la intención de la acción humana (criminológicamente hablando; el móvil del delito, la motivación personal, la pretensión e intencionalidad, los resortes psíquicos, etc.)

 

La neutralidad valorativa es la primera condición para la objetividad en las ciencias sociales, sus aspectos son la independencia de los juicios de valor y la posibilidad de llegar a enunciados con cierto carácter de generalidad.

 

Para solventar el problema de la subjetividad, teniendo en cuenta que se pretende llegar a establecer un conocimiento de carácter general, Weber construyo el TIPO IDEAL que son formas de actuación social que pueden encontrarse de modo recurrente en la manera en que los individuos se comportan. Esos tipos ideales se logran aislando algunos elementos (una muestra poblacional representativa) dentro de la multiplicidad del dato empírico y por medio de un proceso de abstracción se procede a coordinarlos dentro de un marco coherente. En resumen el tipo ideal es una abstracción que nace del reconocimiento empírico de uniformidad.

 

La investigación cualitativa es el cuerpo de la metodología empleada por el paradigma interpretativista y está sustentada por la observación y el análisis subjetivo, la interpretación de la realidad observada.

 

La crítica a este modelo radica en que el subjetivismo llevado a un extremo excluye la posibilidad de existencia de ciencia social negando la posibilidad de ir más allá del individuo y por tanto la objetividad del conocimiento. Asimismo se le acusa de excluir de sus intereses a las instituciones que son objeto primordial de la reflexión sociológica.

 

 

Autores Destacados.

 

En base a este paradigma el sociólogo francés Auguste COMTE (1798-1857)fundó la sociología con dos claras premisas;

*La ciencia es universal y el método científico es único*

(Discurso sobre el Espíritu Positivo-1844)

 

Émile DURKHEIM fue pionero en aplicar esta visión holística a la investigación puramente empírica, cuestión por lo que es considerado como el primer científico social, el primer sociólogo positivista autentico.

Para Durkheim los hechos sociales son “modos de actuar, de pensar y de sentir que representan la propiedad de existir fuera de las conciencias individuales” y pese a no ser materiales poseen las mismas propiedades que las cosas del mundo natural de lo que derivan dos consecuencias;

Una, que los hechos sociales no están sujetos a la voluntad del hombre todo lo contario, oponen resistencia a su intervención condicionándolo y limitándolo.

Y dos, que al igual que los fenómenos naturales los hechos sociales poseen sus propias leyes, tiene una estructura determinista que el hombre a través de la investigación científica puede descubrir. (La División del Trabajo Social -1893-, Reglas del Método Sociológico-1895-)

 

A principios del siglo XX el alemán Maximilian Carl Emil WEBER (1864-1920) estableció las bases del paradigma interpretativista elaborando la metodología así como realizando los primeros intentos de investigación empírica. Para Max Weber  las ciencias sociales difieren de las ciencias naturales por su orientación hacia el individuo, orientación metodológica que se fundamenta en la comprensión racional de las motivaciones de la acción. (La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo-1903-, Estudios de Metodología-1922-)

 

 

 

*Pese a su natural antagonismo innato, ambos paradigmas pueden y deben ser conjugados simultáneamente en la esfera criminológica, ayudando a ampliar y enriquecer la visión del investigador y aumentando la veracidad y validez de las conclusiones obtenidas, en resumen un buen investigador debe ser habil y saber interpretar positivamente.

 

 J. Averno--->

"Cui bono, Cui prodest" 

 

 

 

*Bibliografía:

Corbetta, P. Metodología y Ciencias de Investigación Social.

Ander-Egg, E. Técnicas de Investigación Social.

García Ferrando, M. Sobre el Método. Problemas de Investigación Empírica en Sociología.

 

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