UN ACERCAMIENTO A LA PSICOPATÍA

11.09.2013 18:55

Según la RAE:

Psicopatía. (De psico- y -patía).

1. f. Med. Enfermedad mental.

2. f. Med. Anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece.

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Las personas sanas distinguen entre las transgresiones sociales y las violaciones morales, a partir de los 39 meses de edad, y en muchas culturas.

 Esto no ocurre con los psicópatas (aunque los niños autistas sí son capaces de mostrar esa diferenciación de normas).

Lo anterior indica la existencia de una ‘disfunción ejecutiva’ en los psicópatas, cuando tal función incluye un componente afectivo.

La investigación neuropsicológica distingue dos regiones cerebrales que son disfuncionales en los psicópatas: la amígdala y el córtex orbitofrontal y ventromedial (córtex pre frontal).

Sin embargo, la psicopatía no es una condición neurológica: no se asocia a una lesión de una región en particular, ni todas las funciones mediadas por una región particular se muestran afectadas.  LA TEORÍA MORAL DE LA PSICOPATÍA (Blair, 2007)

Los psicópatas parecen especialmente bien preparados para:

  • Engañar, mentir y manipular.
  • Apaciguar la ansiedad
  • Tener rasgos de insensibilidad y el disfrute del crimen (duping delight)
  • El narcisismo y la seguridad personal
  • Una habilidad genética adaptativa (la psicopatía como estrategia reproductiva).

La psicopatía se evalúa con la ESCALA DE PSICOPATÍA REVISADA DE HARE- PCL-R, donde el factor 1 recoge los elementos interpersonales y afectivos, y el factor 2 se asocia al comportamiento antisocial e impulsivo.

A nivel cognitivo, el psicópata se percibe a sí mismo como alguien superior a todos los niveles, narcisista que solo busca su propio bienestar y con alta desconfianza hacia todo lo que le rodea.

En cuanto al factor afectivo, dado que presentan anomalías estructurales y funcionales del cerebro, suelen presentar problemas a la hora de controlar su ira, una total falta de empatía hacia los demás, aunque son capaces de fingirla y carecen de remordimientos, por lo que existe una gran dificultad para que su carácter pueda ser corregido mediante el castigo.

En su relación con los demás presenta necesidad de control y no duda en aprovecharse de los demás para conseguir su propia satisfacción sirviéndose para ellos de la  manipulación y el engaño.

Los psicópatas tienen tendencia a no llevar un estilo de vida estable, siendo impulsivos en sus actos, buscando el provecho inmediato, con alta inconstancia en sus actos, ya que se aburren enseguida y necesitan de nuevas experiencias continuamente. A la vez muestran gran irresponsabilidad en todos los ámbitos de su vida.

Aun dando por buenos todos estos rasgos, no todos los psicópatas son criminales, de hecho la mayoría no lo son, pero cuando entran en el mundo de la delincuencia, lo hacen a una edad temprana, cometiendo distintos tipos de delito en un principio, son reincidentes y difíciles de llevar a cabo un tratamiento y con elevado riesgo de violencia.

Al fin y al cabo, la persona con rasgos psicopáticos tiene una mayor tendencia hacia la delincuencia, ya que antepone sus propios objetivos y desprecia las normas.

Ya que el psicópata se considera una persona responsable de sus actos, el padecer este trastorno no les exime de ser juzgados como como alguien con sus facultades mentales  en perfectas condiciones. El problema radica en el tratamiento al que deberían de someterse estos delincuentes. A parte de ser muy resistentes a cualquier tipo de ayuda psicológica, también son difíciles de detectar gracias a su constante manipulación y al arte en el engaño del que son maestros muchos de ellos.

Evidentemente hace falta mucha más investigación, ya que a pesar del PCL-R de Hare es una muy buena herramienta, no es del todo determinante y falta también una buena formación de profesionales especializados en este campo que sean capaces de “ser más sabios que el sabio” para poder descubrir con total convicción si tienen delante a un sujeto con este trastorno.

En cuanto al tratamiento a recibir, es una tarea muy difícil, al fin y al cabo no se puede ayudar a alguien que no quiere ayuda y la mayoría de los psicópatas no quieren ser ayudados ni creen que necesiten ayuda de ningún tipo.

Por otra parte, no se debería  sentenciar a una persona con trastorno de la personalidad psicopático solo por el hecho de padecerlo ya que es bien cierto que no todos tienen porqué tener comportamientos delictivos y está claro que existen psicópatas perfectamente integrados en la sociedad.

No se trata de prevenir encerrando a todo psicópata reconocido antes de que cometa un delito, sino de detectar el problema lo antes posible, a poder ser en la infancia, para intentar encauzar los intereses del sujeto hacia canales lícitos.

La personalidad del psicópata cautiva tanto como repele, tal vez porque todavía somos incapaces de comprenderla del todo y necesitamos entender los “porqués” de las acciones y algunas simplemente no tienen una respuesta más que el  “porque puedo”.

Elektra

 

 

Fuentes:

Vicente Garrido Genovés  (2012) Agresores sexuales: Entre la psicopatía y la criminalidad violenta. Universitat de València.

https://abaigon.wordpress.com/psicopatia/

Psicopatía y repercusión criminológica: un modelo comprehensivo de la dinámica de personalidad psicopática. Anuario de Psicología Jurídica. 2011

 

 

 

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